Hola amigos,
Me encanta mi trabajo o mejor dicho me encantaba. Cuando hace 13 años salió la oportunidad de ascender no me lo pensé. No sabía bien ni el horario ni cual sería mi cometido pero el hecho de experimentar esa emoción del cambio y tener nueva motivación me llenaba.
Hemos ido cambiado de jefes, hasta 4 han pasado ya. En los dos últimos años físicamente no me encontraba bien. Había iniciado un proceso de reconocimiento de discapacidad por el tema de mi enfermedad hepática, artrosis, ojo seco, talasemia minor,..no tenía fuerzas e ilusión en el trabajo como antes. Los cambios de turnos me hacían polvo, no dormía bien y tampoco podía ir al lavabo. Se me pasó por la cabeza pedir un cambio pero no lo veía claro. Físicamente iba a peor e incluso mentalmente ya no tenía tanta lucidez. Finalmente sólo me dieron el 29% de discapacidad. Quería hacer presión si hubiera tenido más porcentaje. Después de pasar la revisión con la doctora pasé a la psicóloga y ésta me dijo que seguramente me darían el 33%. Pero no fue así.
Aún con el 29% me lancé y pedí un cambio lo que no sabía es que lo tendría difícil.
No me lo ponían fácil decían que en mi caso sería difícil encontrar una substituta, era muy valiosa.
Tuve que pasar revisión médica para que valoraran mi salud. Me atendió un médico que no comprendió como me he encontraba. Ni siquiera cuando le expliqué lo mal que me sentía con los cambios de turnos y por las veces que en mi trabajo no podía hacer los descansos que mi cuerpo pedía. Su resultado final fue apta para el trabajo. No entendió nada de nada. Claro que soy apta para el trabajo pero con unas condiciones que no tienen nada que ver con mis habilidades administrativas. La compañera de prevención y salud laboral me comentó que cuando pasara revisión médica, la anual la que nos hace la empresa previa petición nuestra, lo comentaría al centro. Me tocó una doctora encantadora y fue de la misma mutua que el anterior médico. Ella si que lo entendió y su informe ponía que aconsejaba turno fijo de mañana y no atender con asiduidad. Así me lo han estado aplicando, me pusieron turno de mañana, pero en la práctica seguía atendiendo al público, hasta que..
Mi jefa propuso hacer una convocatoria de promoción interna, había una persona que estaba en el departamento de su marido que siempre había querido promocionar y si pasaba la prueba ella iría donde yo y yo iría donde ella. Pero no me acababa de gustar, le comento a mi jefa que donde tendría que ir había escaleras y tendría problemas de movilidad. Los técnicos están en el primer piso, la cocina, el agua está en el primer piso. Por mi artrosis de rodilla no puedo subir escaleras. No hay ascensor. Mi jefa comentó no pasa nada ya te ayudarán, me ayudaran? que tengo que estar siempre pendiente de los demás?
La verdad que durante aquellos días no estaba demasiado centrada en este tema, estaba acabando mi tratamiento hepático y no quería que nada interfiriera en mi curación.
Se convocó la plaza y claro seguramente era de esperar de las 3 personas que se presentaron, pasó la que mi jefa proponía. Se me hundió el mundo. Hubiera querido encerrarme en una caja y no salir.
Acordamos que ella vendría a ratos conmigo para explicarle y yo iría también allí para que me explicara.
El primer día que llegó, la llamaremos Pili, no traía ninguna libreta para tomar apuntes. Pensé que lo veía todo fácil y que con sólo mirar ya lo tendría todo sabido. Le dije que cogiera papel y le empecé a explicar lo mejor que pude. Pero me sorprendió su actitud.
Sobre las 13 h. yo fue a su sitio. Yo llevaba una libreta que había comprado en los chinos. A pesar de todo estaba ilusionada. Cuando llegué las compañeras de allí comentaron que no sabían que estaba tan mal de las rodillas y hasta se sorprendieron porqué claro no podía subir las escaleras. Ya te traeremos agua y otras cosas dijeron. Cuando Pili empezó a explicarme iba de un lado para otro de la conversación no se centraba en detallar el trabajo que ella hacía, no me enteraba de nada yo que siempre apunto todo no pude apuntar NADA.
Llegué con tos y algo pachucha y a las 3 cuando salí me encontraba muy mal, tan mal que tuve que coger la baja, una gripe, fiebre, malestar. Entre el tratamiento del hígado, la gripe y el disgusto del trabajo mis defensas se habían ido de vacaciones.
No estaba contenta y así lo dije cuando volví. No podía ser no se había tenido en cuenta el tema de la mobilidad. Me tendría que quedar allí para siempre.
Continuaré.
Un besote.